La polémica continúa: Horacio Saavedra devela secretos del Festival de Viña del Mar.

 Aquí les dejo otra interesante entrevista realizada por el diario El Mercurio en 2003 al señor Horacio Saavedra. En una primera instancia la idea fue que este blog tuviera perspectivas de ambas partes; los señores músicos de la orquesta del Festival de Viña del Mar, que esperan comprobar el delito y por otra parte, la defensa (abogado mediante) del consejero de la Scd, el señor Saavedra.

Me parece un buen tema para comentar en las reuniones de asamblea, ahí nos vemos entonces...


Jueves 20 de Febrero de 2003

Horacio Saavedra
El tamaño sí importa

El dueño de la batuta del Festival de Viña lleva treinta años en la Quinta Vergara. Pero cada vez debe luchar para que no le achiquen la orquesta.
Andrés Meyer Kisiliuk

Este año es la trigésima vez (entrevista de 2003)que el maestro Horacio Saavedra comanda la orquesta en Viña del Mar.

Alejado de la farándula, pero presente donde hay que estar, este director de orquesta ha ganado fama y experiencia que ha sabido aprovechar para hacerse escuchar en un medio donde su trabajo cada vez parece ser menos importante: la televisión.

Ha acompañado en el Madison Square Garden a José Luis Rodríguez, pero igual debe luchar contra los problemas económicos para mantener una orquesta que le permita hacer bien su trabajo, o como él dice "no fallar nunca y dejar contentos a todos los que viven de esto, desde el cantante hasta el sonidista".

El Festival de Viña lo ha marcado, pero Saavedra no tiene un contrato que le asegure el trabajo. Debe esperar cada año a que los organizadores lo llamen. En ese momento comienzan las negociaciones. Y los problemas de siempre: el tamaño de la orquesta, la renovación tecnológica y las bajas de presupuesto. Este año no fue la excepción.

¿Cómo está la orquesta este año? A días del inicio del Festival de Viña, el maestro respondía:

"Hemos logrado un equilibrio, vamos a hacer una orquesta digna para un festival digno. Yo hace tiempo que vengo diciendo que menos gente que la que tenemos ya no es digno para un festival".

- ¿Y cómo se decidió eso?

"Fue una pelea complicada. En todo caso es normal, se hace todos los años. De hecho, hace algún tiempo retiramos todas las cuerdas, porque había problemas técnicos en la Quinta, con la humedad y el frío los violines se desafinaban y eran un cacho. En todo caso con todas estas cosas nuevas de sampler y computadores tú reemplazas las cuerdas y suenan maravillosas. Pero la lucha de todos los años es no achicar la orquesta, tener los trombones de verdad, los guitarristas, los tecladistas y los coros de verdad".

- ¿Ha estado difícil la discusión?

"Está complicado, el medio está complicado económicamente. La crisis lo primero que afecta es lo suntuario, y la música es considerada así, no es un artículo de primera necesidad".

- Uno pensaría que en un festival de la canción sí lo es...

"Es que tienes que pensar que el canal tiene que financiarlo todo y la orquesta es un ítem, debe haber muchos ítemes más caros y de repente para una persona no es más importante la orquesta que la escenografía o la iluminación. Es complicado porque al final mandan los pesos y es una cosa de manejo y criterio".

- ¿Existe ese criterio?

"Al final sí, eso nos tiene tranquilos. No es fácil conseguir los mejores músicos de Chile para tenerlos ahí con toda la experiencia para que no metan las patas, porque si se equivocan no van a decir se equivocó el trompetista, van a decir el chico Saavedra sonó como las pelotas y afortunadamente estos últimos años ha sonado bien, incluso en la Quinta, con tanto adelanto técnico ha sonado muy bien. Hemos hecho cosas espectaculares con Peabo Bryson (2001) por ejemplo: parecía disco. No cualquiera lo hace, y eso cuenta".


- ¿Entonces por qué se opta por orquestas de menos gente?

"La competencia ha cambiado, ahora los cabros jóvenes con un teclado y un computador hacen maravillas, entonces es complicado competir con grupos chicos que son mucho más baratos y económicos. Lo mismo que me pasa con los eventos".

- ¿Y con los estelares?

"Es que los estelares estos últimos años no son musicales, ahí va un poco el costo de achicar las orquestas. Al no ser musicales necesitan grupos chicos para hacer cortinas, concursos de baile o algo así y a lo más acompañar a algún invitado. La otra opción es lo que hacen los programas extranjeros, que siempre llevan orquesta, pero una orquesta que nosotros llamamos del mono, que hacen figuración. No hacen nada porque está todo grabado aparte. Y la gracia es que donde sea tocamos en vivo".

- ¿Eso se podría dar en el Festival?

"No creo, gracias a Dios al público le gusta el vivo, le gusta el riesgo, que el tipo este ahí, que se desafine, que se equivoque. Es parte del show en vivo. Al final tú ves los resultados, la gente se da cuenta de quién canta y quién no, a pesar que se usa mucho poner una cinta y cantar sobre ella, hacer over playback, pero es muy riesgoso y a la gente no le gusta. Lógicamente nosotros como músicos no estamos de acuerdo con nada de esto, si ya hay una orquesta con músicos profesionales que son solventes, hay que ocuparla".

- Ésa es la gracia del Festival...

"El resultado es tocar eso y ver eso en directo, y que suene bien. Es lo que yo más resalto en nuestro querido y vapuleado Festival: es uno de los pocos donde se toca música en vivo. Ahí no hay pista, no hay barra, no hay doblaje, ahí se toca y se canta".

BIOGRAFÍA CHICA

Horacio Saavedra (55 años) se inició solo, aprendiendo teclado en su liceo de la Novena Región. Su primer profesor se lo puso su madre en Temuco cuando ya había terminado. De ahí se vino a Santiago, donde fue pionero en la música electrónica con los Rockets ­grupo que incluía a Nano Vicencio y a su hermano Héctor­ que en los años 60 se paseó tocando en vivo por gran parte de las radios del país. Después pasó a la televisión y debutó con Enrique Maluenda en el programa "Sábado en el 9", que trataba de competirle a Don Francisco, y luego siguió de la mano de su amigo Gonzalo Bertrán. El resto es historia conocida, desde 1971 - salvo dos ocasiones- que es el rey del foso de la Quinta Vergara.

Vía El Mercurio.