Se trata de Palermo Sounder, un secundario en el que las aulas no sólo están atiborradas de pupitres, pizarrones y tizas, sino de instrumentos musicales para tocar rock & roll. Según el director general del establecimiento, Adrián Ducard, es una escuela que busca atraer a los chicos y complementar su gusto por este género musical con el estudio secundario formal.
Sucede que la currícula está separada: por un lado los chicos avanzan en los niveles de la educación formal. Por el otro, lo hacen respecto de la enseñanza musical. Así, por ejemplo, si un joven ingresa a la escuela en tercer año y comienza en el primer nivel de música, probablemente se reciba del bachillerato antes de concluir sus estudios musicales. Pero puede continuarlos tras egresar.
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