martes, 7 de septiembre de 2010
Respeto a la música nacional (20% en las radioemisoras)
La discusión ha estado en el tapete bastantes días, semanas y en las cabezas de los músicos, años. Lo cierto es que la saludable escena nacional con cientos de músicos inscritos en la SCD más tantos otros más jóvenes o más rebeldes que pululan en distintos circuitos, no se condice en absoluto con la presencia que éstos tienen en los medios de comunicación masiva.
El ojo se ha puesto sobre las radios, pero no olvidemos que la TV también transmite mucha música e Internet representa un tráfico también alto de ella, probablemente donde mejor se defienden los artistas nacionales. Pero si entramos en esta parte de la discusión, también la usan los supermercados, los ascensores, las micros, los taxistas, los restaurantes, etc. La música está en todas partes, la industria del entretenimiento es la industria de la música, si no me creen pregúntenle a Michael Jackson (si pueden revivirlo claro) o a los New Kids on the Block, Jonas Brothers o los Beatles.
Todos estos personajes han llegado a ser mucho más conocidos que cualquier otro escritor, filósofo, presidente, dictador o estrella de TV o cine. Pero algo hay que está mal y que el 20, el 30 ó incluso el 50% de programación de música nacional no va a cambiar. Esto es, el respeto que le guarda la industria a los artistas. Pedir que se les valore en su medio sólo porque son músicos sería pedir mucho, tanto como pedirle a cualquiera que respete a otro simplemente porque es un ser humano o es distinto, aún cuando en la vida diario esto nos parece de perogrullo.
Pero al menos, antes, cuando las radios realmente poseían en sus pulgares el poder de levantar o arruinar a una agrupación había también un interés mayor por lo nacional.
La nueva ola es un ejemplo de lo anterior. Hoy los artistas están prácticamente desnudos, ellos son sus propios managers, promotores, roadies, sus amigos pegan carteles y consiguen una que otra entrevista en un blog. Antes los sellos discográficos tenían una figura que se preocupaba de mostrar a las radios y demás medios sus nuevos artistas, artistas que buscaban potenciar en Chile en una primera instancia y luego sacar al exterior.
Hoy el mercado chileno se ha reducido a tal nivel que las multinacionales sólo se preocupan de artistas que puedan vender en todas partes de latinoamérica. Mientras más neutros mejor, que les caigan bien a los mexicanos, a los argentinos, a los colombianos, guatemaltecos, ecuatorianos, mientras más mejor, mientras menos identidad y más ventas mejor. Son una especie de metamorfos carentes de identidad, son de todas partes y de ningún lado y caen bien. Siempre caen bien.
Pero ¿Qué pasa con la identidad nacional en este bicentenario? ¿Realmente creemos que cambiaremos el sentir de los programadores o productores de TV obligándolos a pasar una cuota de música nacional en sus parrillas? Desde mi humilde punto de vista creo que eso bien generará odiosidades y acuerdos por debajo de la mesa en donde sobre todo las bandas independientes serán las perjudicadas.
Los medios buscan lo mismo que los grandes sellos, lo plano e inofensivo, no buscan la identidad nacional porque eso sólo podría vender en Chile y ese mercado ya sabemos como está, los dos más grandes consorcios de radio pertenecen a empresas extranjeras que obviamente responden a estándares extranjeros. Así que “Tráiganme a Hannah Montana, no pongan ni muertos a -inserte nombre de banda independiente aquí-, tírate dos temas de Kudai y la hacemos de oro“.
Lo que debemos apoyar es la salud de la industria, dejar de pensar que estamos en Nueva York, que el Club Mist es CBGB’s, que Suecia es el Bowery y Loreto el Soho. Apenas el año pasado se abrió un línea del fondo de la música que apoya a sellos independientes, una línea que le da un monto a un sólo sello.
En Chile los sellos independientes se cuentan por más que cientos, pero no logran autofinanciarse porque sus mejores artistas que llevan 3 o 4 años en el ruedo, levantando cada vez más su audiencia no son absolutamente nadie para los medios, en parte porque los medios en general (y sus periodistas) poco y nada se informan de lo que sucede a su alrededor y porque nuevamente no existe esa persona que va a hinchar a las radios y demás medios para que los pongan en parrilla.
Chile cuenta con apenas dos salas SCD, ambas en Stgo, cuando en realidad debería haber una en cada capital regional lo que facilitaría las giras de artistas nacionales por todo el territorio ampliando el espectro de gente que logra conocer a las bandas en un lugar diseñado para escuchar música y no en un bar con pésimos equipos y aun peor trato.
¿Qué podemos hacer ahora nosotros? los simples mortales. Bájate los discos, si te interesa la banda y quieres pagar por bajar, perfecto existen varios sistemas, Portaldisc, Bazuca, entre otros.
Si te gustan los discos anda a las tocatas, que no te gane la modorra, si quieres comprarte el CD artesa hecho a mano o con copias limitadas, hazlo. No son caros, en promedio un disco chileno cuesta menos que dos piscolas en cualquier bar. Imagínense cuántos discos se van a tomar este 18 de Sept. Uds, la gente, son los primeros promotores de las bandas, no una radio, no la TV.
Uds. son el público de esas empresas, uds. las manejan, ellos van a hacer lo que uds les digan que quieren hacer. Pero si la voz de la gente no es fuerte los medios seguirán haciendo lo que creen que uds quieren. Tengamos conciencia que al final los que están privados de conocer a las buenas bandas nacionales es la mayoría de los chilenos, los melómanos sabrán siempre de estas bandas, pero se imaginan como habría sido la vida de miles de personas sin los 80s sin Los Prisioneros? los 90s sin Los Tres? Yo no, o quizás sí, me habría aburrido como ostra.
Vía NoiseMedia
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